El enigma del padre Crespi


La siguiente historia es una de las mas asombrosas y misteriosas que se conocen referente a la arqueologuia no convencional,una civilización desconocida, asombrosos artefactos, cientos de símbolos grabados en tablas de oro pertenecientes a un lenguaje desconocido e ilustraciones extrañas que conectan a la era precolombina Americana con los antiguos Sumerios.
El padre Crespi fue un sacerdote salesiano misionero que vivió en la pequeña ciudad de Cuenca, Ecuador, por mas más de cincuenta años, dedicando su vida a la religion y a las obras de caridad.

El padre era una hombre de muchos talentos: era un docente, un botanico, un antropólogo, musico, también era un gran humanista.
Como muestra de agradecimiento, en el periodo que el Padre Crespi estuvo y ayudo a los indígenas estos lo consideraron un amigo y le donaron cientos de piezas arqueológicas que datan de un periodo desconocido explicando que eran objetos que encontraron en un caverna subterránea que hallaron en la selva de Ecuador. Los objetos habían sido recuperados por los indios en una gruta muy profunda, conocido como la cueva de los Tayos, emplazado en la region amazónica conocida como Morona Santiago. La gruta, que se encuentra a unos ochocientos metros sobre el nivel del mar, fue llamado debido a las aves Tayos que son casi ciegas y que viven en sus profundidades.

entrada a la enigmatica gruta de los toyos

Siendo un hombre muy culto el Padre Crespi pronto se dio cuenta de que los extraordinarios artilugios mostraban similitudes preocupantes con la iconografia de las antiguas civilizaciones mesopotámicas, lo que sugería algún tipo de conexion entre culturas que se desarrollaron en lados opuestos de la tierra.
El Padre Crespi estaba seguro de que las laminas y las planchas de oro que le fueron donadas por los nativos y que él estudió, apuntan claramente que el antiguo mundo de Oriente Medio anterior al diluvio estaba en contacto con civilizaciones que se habían desarrollado en el Nuevo Mundo, hoy presente en América desde hace sesenta mil años.
Según el Padre Crespi, los jeroglíficos arcaicos que habían sido grabados, o prensados con moldes, no eran otros que la lengua materna de la humanidad, la lengua que se hablaba antes del Diluvio. En la ingenuidad de un hombre de fe y cultura, el religioso no se dio cuenta de que sus ideas ponían seriamente en jaque las teorías establecidas por la arqueología convencional (la oficial).
Ya que los artefactos habían formado una colección muy grande de objetos, en mil novecientos sesenta Crespi solicitó y obtuvo el consentimiento del vaticano para crear un museo en la misión salesiana de Cuenca.

varios de los misteriosos objetos hallados en la cueva

En 1969, Juan Moricz, investigador magiar naturalizado argentino, exploró a fondo la guarida, encontrando muchas láminas de oro que reporto tenían incisiones arcaicas a modo de jeroglíficos, estatuas antiguas de estilo del Oriente Medio, y muchos otros objetos de oro, plata y bronce: cetros, cascos, discos, placas. Crespi indico a Moricz cómo entrar en la gruta y cómo hallar el camino correcto en el intrincado laberinto situado en sus profundidades.
En 1972, fue Erik Von Daniken articulista sueco el que difundió la noticia del descubrimiento del investigador Hungaro.
En el momento que la noticia del extraño descubrimiento de Moricz se extendió por todo el mundo, muchos eruditos decidieron explorar la gruta con expediciones privadas.
A fines de los años setenta, el arqueólogo Gabriele D'Annunzio Baraldi viajo y se quedo a vivir en Cuenca por un largo periodo, en que se reunió con Carlo Crespi y Juan Moricz. En esa ocasión, el padre Crespi le conto al italo-brasileño que la cueva de los Tayos era inexpugnable y que sus miles de ramificaciones subterráneas no eran naturales, sino que fueron construidas por el hombre en la antiguedad.
Según Crespi la mayoría de los artefactos que los nativos le entregaron provenian de una gran piramide subterránea, ubicada en el lugar mas inaccesible de la cueva cuya ubicación se llevo Crespi a su tumba por miedo a los saqueos que pudiera sufrir el descubrimiento.
Baraldi se dio cuenta de que en muchas de las placas y láminas de oro eran recurrentes diversos signos como el sol, la piramide, la serpiente, y el elefante. Particularmente la placa donde había una pirámide grabada con un sol en su cumbre fue interpretado por Baraldi como una masiva erupción volcánica que ocurrió en el pasado remoto.

corona de un inusual tamaño hallada en la cueva 

Llamo mucho la atención dibujos de pirámides con inscripciones en dos diferentes piezas de la colección del Padre Crespi con una gran semejanza con la forma y el simbolismo egipcio, el sol se representa en la parte superior de la monumento, hoy asociada con el enigma del Ojo que Todo lo Ve
Cuando Carlo Crespi murió en abril de 1982, su enigmatica colección de arte antediluviano desaparacio misteriosamente,hay rumores de que varios artefactos fueron enviados en secreto al Vaticano y se encuentran hoy guardados en su bóveda.
Muchos arqueólogos convencionales han acusado al Padre Crespi de ser un impostor o simplemente un visionario, que hizo pasar planchas y artefactos de oro como genuinos y los cuales eran simplemente falsificaciones o copias de artefactos de Oriente Medio. La impresión que se tiene al leer esta historia es que a alguien le convenia ocultar las fantásticas y asombrosas piezas arqueológicas de la coleccion del religioso de Milán. ¿Pero por qué? Porque querer ocultar los paralelismos entre las culturas antiguas,es que la historia no fue como nos la enseñaron.

instrumento musical de un tamaño fuera de lo normal

¿Por qué los arqueólogos victorianos creían en la pacífica existencia de una civilización madre antes de que ella hubiera generado culturas hijas con el mismo sistema iconográfico, emblemático y religioso? ¿Y porque los arqueólogos convencionales se oponen firmemente a esta hipótesis negando esta posibilidad a toda costa? ¿Qué valor tendría el saber que la humanidad desciende de una sola civilización avanzada que habito el planeta hace miles de años? 

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